La pileta, el SUM y buena arquitectura y diseño no alcanza. La sofisticación de la demanda del mercado inmobiliario elevó la vara para los desarrolladores. Desde Ávilis Real Estate notamos que los emprendimientos inmobiliarios de esta nueva era deben construir un concepto, generar experiencias y hasta ser capaces de cambiar las dinámicas de los barrios en los que se instalan.

Se terminaron los tiempos en los que los empresarios del sector sólo se ocupaban de construir y entregar, ahora necesitan un propósito y tienen el desafío de generar sentido de pertenencia. Un objetivo que plantean desde el diseño de las tipologías hasta el de los espacios comunes.

En este sentido, cada vez son más las obras que plantean locales comerciales, un punto estratégico a la hora de cumplir con el reto de cautivar a la demanda e influenciar en las dinámicas barriales. Por eso la elección de qué marcas se instalan en la base del edificio contribuirán a su posicionamiento: cuánto más aspiracionales; más top, aunque claro está, tendrán que “bailar” al mismo ritmo de la zona para que el negocio sea sustentable en el tiempo. De nada serviría abrir un resto top si cierra a los pocos meses.

Hoy los emprendimientos tienen un “poder de dialogo”. La pandemia vino para cambiarlo todo. La relación de la gente con sus casas, con sus trabajos y la concientización de la finitud de la vida: nadie quiere perder tiempo en largos viajes a sus trabajos y no resignan ni un minuto de su vida diaria. La conexión con el disfrute es permanente y los ladrillos deben contribuir a ello. Todos salimos transformados tras la experiencia de Covid. Un ejemplo palpable son los nuevos edificios en construcción que tienen diferencias marcadas en sus amenities, espacios comunes y en las propias plantas de los departamentos.

El trabajo en casa, la huerta orgánica en el balcón, las distancias caminables y la necesidad de contar con espacios comunes flexibles son apenas algunas de las tendencias de las que los constructores han venido tomando nota para dar lugar a construcciones que cada vez más están dando cuenta de cómo son los hábitos sociales y culturales post pandemia.

Pero el punto más importante y novedoso es el poder de sociabilización que tienen los proyectos: los espacios y las actividades que se organicen ahí funcionan como excusa para conocer al vecino. Por eso se multiplican los emprendimientos con salas de juego para todas las edades, microcine, sala de karaoke y espacios verdes recreativos con mini golf y zonas de recreación. Todo vale. Algunos especialistas ya hablan de un country en propiedad horizontal.

Por eso sumaron propuestas aún más innovadoras como un gamer room, la estación de bicicletas para uso común, el área de yoga y meditación y hasta las cocinas comunitarias, claramente la evolución del SUM. Una cocina gourmet comunitaria donde poder cocinar con amigos con más espacio que en el departamento o tomar clases de cocina entre varios vecinos.

El cambio más notorio y hasta obvio fue la incorporación de los coworking, los espacios de trabajo en las áreas comunes de los edificios modificando para siempre el concepto de SUM sólo para reuniones sociales, flexibilizando su uso e incorporando tecnología, wi-fi integral en todo el edificio y un televisor grande que puede funcionar como segundo monitor.

También proliferan propuestas más sofisticadas como el fresh delivery room, una cámara de refrigeración para almacenar los pedidos de alimentos de los vecinos, los circuitos aeróbicos en las terrazas que lo permiten por sus dimensiones, el cine, una sala de ensayo en caso de que quienes vivan allí se dediquen a las artes o su hobbie les requiera practicarlo en una sala con aislante de sonido y hasta un siestario en una terraza donde los propietarios puedan ir a descansar en contacto con la naturaleza.

En otras palabras, desde Ávilis Real Estate trabajamos para crear emprendimientos en los que los espacios comunes ganen terreno y se adapten a los gustos, rutinas y actividades de los clientes. Los desarrolladores reconocemos que los potenciales compradores piden de todo: desde canchas de paddle hasta jacuzzi indoor con vista aérea de Buenos Aires, gimnasios y piscinas aptas para el entrenamiento de atletas profesionales, entre otros pedidos curiosos.

Es en base a esa demanda customizada que algunos desarrolladores apuestan por atraer inversiones a través de amenities diferenciales. En este contexto, en Ávilis Real Estate trabajamos poniendo foco en la creatividad.

Por otra parte, uno de los nuevos espacios que ya resuena en los planos de algunos proyectos es el pet wash. Los propietarios con mascotas buscan edificios que tengan salas dedicadas específicamente a sus compañeros de vida, donde los puedan bañar cómodamente. Esto evita que lo hagan en su propia vivienda, en la que a veces no disponen de un espacio al aire libre o lugar suficiente donde hacerlo.

Más allá de la sofisticación, para finalizar, un punto clave es el impacto en las expensas. Por eso la flexibilización es fundamental: por ejemplo que el mismo espacio que a la noche hace de SUM y tiene cine y mesas de ping pong se puede transformar durante el día en una suerte de co- working.

En definitiva, generar comunidad, sentido pertenencia, cautivar al barrio y hasta volverse protagonista de la microzona serán puntos clave para los emprendimientos inmobiliarios que quieren hacer historia.